miércoles, 1 de febrero de 2012

GRATIS, PERO CARO
Marcos 8.34-38

· La salvación es gratis, pero su costo y su seguimiento no es barato.
· Así como los asientos para un encuentro en el mundial de fútbol son caros, o para ver a Diego Torres, Jesús nos quiere enseñar que no hay asientos baratos en su servicio.
· Recién Jesús se reveló a sus discípulos, rompiendo toda noción y sueño que tenían sobre el Mesías. Al juntarse una multitud, Jesús se dirige a ellos. Sus palabras dan un golpe mortal a un cristianismo fácil, barato, “me siento bien” que se propaga hoy en día.


A. JESÚS COMPARTE UN PATRÓN O MODELO. v. 34

· Para muchos, Jesús era todo lo que alguien en relaciones públicas no debería ser. Al juntarse una multitud, Jesús dice la verdad de que no es barato ni fácil seguirle. No todo seguidor de Cristo es un discípulo. Hay cuatro condiciones…

Venir en pos de Mí” – Unos dos años antes los primeros seguidores dejaron todo para seguirle. Para la multitud, era un llamado al nuevo nacimiento. Una entrega a Jesucristo. Dejar todo y seguirlo a Él. No es una oración, sino una decisión de dejar todo para Jesucristo. Es una “nueva creación” (2 Cor.5.17). Una verdadera conversión cambia la persona. Y tiene el deseo supremo de seguirlo a Él.
Niéguese a Si Mismo” – Es “desadueñarte”. La misma palabra que usó Pedro al negar a Jesús. Negarse a uno mismo no es lo mismo que auto negación – dejar de comer ciertas cosas, etc. Es dejar de hacer caso a tus deseos, tu voluntad, tus planes. Es dar todos mis derechos a Jesús (1 Cor. 6.19-20). Un concepto raro para muchos ministerios… prosperidad, salud, sentirse bien. Sin Cristo, no podemos hacer NADA (Juan 15.5).
Tome su Cruz” – Algunos piensan que unas 30 mil personas fueron crucificadas por los romanos durante la vida de Jesús. Todos sabían lo que era la cruz… no un adorno o amuleto o decoración. Era un instrumento de vergüenza, humillación, sufrimiento, tortura, y muerte. Al tomar la cruz, comenzaba la marcha hacia la muerte. No son los problemas que otros nos causan, enfermedades, etc. Es morir a uno mismo y vivir para Cristo, Gál. 2.20. Estar dispuesto a sufrir ataques por la causa de Cristo. Vivir vidas transparentes y honestas, etc.
Sígame” – El verdadero discípulo de Jesús da espaldas a su vida vieja y busca dar gloria a Dios en todo lo que hace. Es algo constante, no solo los domingos. ¿Podemos honestamente decir que estamos totalmente entregados a Cristo… cuando hacemos lo que queremos, faltamos a la iglesia, otras cosas de la vida tienen prioridad sobre Él?

B. JESÚS COMPARTE UNA PARADOJA. v. 35-37

Para salvar tu vida tienes que perderla” (35) – Una paradoja es una afirmación que parece contradecirse. Pero es la verdad. Si crees que vivir tu vida como se te antoja y estar en control de tu vida, la perderás. Pero si te sometes a Él, dándole todo el control de tu vida, la salvarás. Es tu decisión. En la economía de Dios, el perdedor es el que gana.
· En v. 36 Jesús hace una pregunta muy poderosa. Imaginate tener todo lo que quieras, ir donde quieras, ser quien quieras. Que eres dueño de todo lo material, multimillonario. Pero un día mueres y vas al infierno para siempre. Esos pocos años de placer… ¿valen una eternidad en el infierno?
· En v. 37 Jesús hace otra pregunta. ¿Cuánto vale tu alma? Al morir, tu cuerpo es enterrado pero tu alma vivirá por siempre – sea en el cielo o el infierno. ¿cambiarías tu alma eterna por alcohol o drogas, relaciones ilícitas, vivir como se te antoja, ser tu propio dios? Sin Cristo, es exactamente lo que haces.

C. JESÚS HABLA DE UNA PENALIDAD. v. 38

· Jesús usa una palabra para los que rechazan su mensaje: “vergüenza”. Temor de burlas o desaprobación. Rechazan a Cristo por el qué dirán. El que sigue a Cristo de verdad, tendrá que pagar un precio. Vivir vidas separadas a Él. Quizás sufrirá en esta vida, pero entrará en los gozos del cielo al morir.

Concl. Hay muchos “asientos baratos” en la iglesia, pero no en el cuerpo de Cristo. Ser un verdadero creyente tiene un precio. Cristo demanda nuestro todo! Unirte a una iglesia no cuesta nada. Pero seguir a Cristo te costará tu vida! Pero el gozo que nos da en esta vida, y saber que tenemos un lugar en el cielo, no tiene precio. ¿Cómo respondes a sus demandas hoy?