CCP –
19-1-14
Gracia es Aceptar
·
La gracia no solo da con generosidad gozosa, sino que recibe con
humildad agraciada. Cuando uno experimenta la gracia de Dios, no solo hay un
deseo de animar, afirmar, y levantar a otros, sino que hay una actitud de
aceptar que permite que otros obren en retorno.
·
Aunque parezca simple y fácil, no lo es. Va contra el grano de nuestra
tendencia natural de ser independientes e invulnerables. Queremos ser personas
que se levantan por su propia cuenta y sin ayuda de los demás, gracias.
·
Para muchos, el dar viene fácil. Pero el recibir por gracia nos da más
problemas.
El Lado
Oscuro de la Fortaleza
·
La persona autosuficiente por lo general tiene carácter fuerte. Pero
esto mismo puede traer problemas.
1.
Los que buscan la excelencia suelen ser intolerantes. No es malo luchar contra la
mediocridad. Pero las víctimas suelen ser aquellos que están a nuestro lado. Si
buscamos perfección en vez de aceptar lo mejor que puso la otra persona, no
somos realistas en lo que esperamos de otros, y nos olvidamos que somos
propensos a errar también.
2.
Los que son disciplinados suelen ser impacientes y juzgan a otros. Los que son disciplinados en comer, no tienen
paciencia con el gordo que no se controla. El que ejercita no tiene paciencia
con el que se cansa solo porque se agachó para atar sus zapatillas.
3.
Los que son educados y aman la cultura y las artes, suelen ser exclusivistas.
Al que ama la ópera,
probablemente se pone mal cuando escucha un tango o una pachanga.
4.
Con el énfasis actual en la independencia y la productividad, suele
haber orgullo. El que se
hizo rico, el que es independiente en su forma de pensar y actuar, probablemente
es orgulloso. Nada malo en pensar solo y no ser llevado por la corriente, pero
suele pensar que no necesita a nadie más o resiste a otro que trata de
ayudarlo.
Ejemplos de los que Resistieron o Aceptaron la
Gracia
• Dos del Antiguo Testamento: Moisés y
Samson
1. Moisés (Éxodo 3). Moisés resistió la gracia cuando se le ofreció.
Tenía 80 años. Trabajó como pastor cerca del monte Sinaí en Madián. Lugar
solitario, desierto, mucho viento. ¡Cuánto habrá pensado en la oportunidad de
gracia que pudo tener si se hubiera quedado en el palacio—educación, riquezas,
poder.
·
Fue el tratar de imponer su poder que lo llevó al fracaso al matar un egipcio que maltrataba a un hebreo. Pensaba
que quizás podía comenzar un movimiento de liberación por sus propios esfuerzos.
Pero tuvo que huir. Y por 40 años se escondió en el desierto. Y por 40 años
Dios se mantuvo en silencio. En el desierto encontró un refugio de la venganza
egipcia, pero no de su culpa y remordi-miento. Fue allí donde el “sabueso del
cielo”, Dios, lo alcanzó (Ex. 3:1-10).
·
¿Podemos escuchar lo que hay en esa voz que sale del fuego? Gracia,
que proviene del corazón misericordioso de Dios. Esa puerta que por tanto tiempo
permaneció cerrada, al fin se abrió de vuelta.
·
Pero no pensemos que Moisés respondió de inmediato…
Cuatro veces resistió al llamado (3:11,13; 4:1,10), y
las cuatro veces Dios aseguró a Moisés – de su presencia (3:12) su poder (20),
su provisión (21-22) y su guía (4:12).
·
De la resistencia de Moisés aprendemos un principio importante sobre la
gracia: Resistimos la gracia cuando no nos hemos enfrentado adecuadamente
con nuestra culpabilidad y vergüenza. Moisés se sintió indigno de aceptar
la gracia de Dios.
·
En realidad, nadie es digno de recibir de la gracia de Dios. Nadie es
adecuado. Pero Dios lo da igual. Y eso es lo maravilloso de la gracia de Dios.
2. Sansón. Dios lo puso como
juez para liberar a Israel de los filisteos antes de su nacimiento (Jueces
13:5). Le estaba asegurado el éxito. Sus padres eran creyentes fuertes que
dedicaron a Sansón al Señor con el voto nazareno—no podía tocar bebidas alcohólicas,
tocar un cadáver, ni cortarse el pelo.
·
Leemos en Jue. 15:20 que
Sansón tuvo éxito. Pero algo terrible pasó en su vida. Lejos de su hogar, Sansón
dio rienda suelta a sus pasiones al involucrarse con una prostituta (16:1).
Pronto lo vemos con su cabeza en la falda de otra mujerzuela llamada Dalila (v.4),
quien lo convenció a que diera su secreto de fuerza, y vinieron, le sacaron los
ojos y raparon su cabeza (18-21) Victima de su propia debilidad, fue
sentenciado a vivir en trabajo forzado. Cp. Prov.5:22: Un hombre malvado queda preso
por sus propios pecados;
son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
·
Aunque Sansón cosechó lo
que sembró, la gracia de Dios proveyó aun más que su fracaso. Su pelo comenzó a
crecer (22), y al final Sansón cumplió su cometido (25-30)
·
Principio: Aceptamos la gracia cuando clamamos al Señor y dependemos
de Él. Pensamos que no merecemos la gracia, pero extendemos las manos al
cielo. Sansón no mereció una segunda oportunidad, pero Dios se demuestra y manda
su gracia como el sol detrás de una nube negra.
Dos
ejemplos del Nuevo Testamento
1. Pedro (Juan 13). Es la última
cena juntos. Jesús tiene mucho para
compartir antes de dar su vida, especialmente sobre la humildad y el
servicio. Pero previo a esto, los
discípulos estaban discutiendo sobre quién sería el más grande en el reino
(Lucas 22.24-26). En vez de un mensaje,
Jesús les da una lección visual
(4-6). Pedro
cuestiona al Señor – “¿Tú vas a lavar mis
pies?”. Luego reacciona en v. 8: “¡Nunca dejaré que me laves mis pies!”
·
Por años Pablo intentaba seguir lo justo con mucho celo. Pero en
dirección contraria. ¿Qué causó que
diera media vuelta? (I3b-14). Gracia causó que viera el mapa de su vida
con otro sentido. Ahora podía decir que ya no confiaba en sus logros (3-4)
·
Cuarto principio: Aceptamos la gracia cuando dejamos de confiar en la carne.
¿Qué
Necesitamos para Recibir Gracia?
·
Ni por más que Jesús golpee la puerta de nuestras vidas, esa puerta solo
puede abrirse desde adentro (Ap. 3:20). Para algunos esa puerta está tan
cerrada que sus bisagras están ya oxidadas. ¿Qué hacemos para aceitar esas bisagras y abrir la
puerta? Dos cosas.
1. Admitir nuestra humanidad.
Tenemos que reconocer que somos humanos. Que somos pecadores y a veces
terribles (Ro3:23)
2, Actuar con humildad. Al reconocer quienes somos
ante Dios, y que Dios es todo y solo Él merece la gloria y alabanza.
·
Hay un futuro hermoso para los que estamos dispuestos a recibir de su
gracia y vivir en su gracia—es un camino casi demasiado bueno para ser verdad.
(II., padre que cuenta a su hijo las glorias del cielo. Hijo: "Parece todo
demasiado bueno para ser verdad!".
Padre, sonriente, "No, hijo, es tan bueno que tiene que
ser cierto!").
·
¿Alguna vez te sentiste
tirado en un pozo, abandonado, que todo va mal?
Dios dice “Bástate mi gracia” ¿Crees eso? ¿La has aceptado o la has rechazado? ¿Qué te impide aceptarla?