martes, 24 de abril de 2012

"DEJAD LOS NIÑOS VENID A MÍ"

NO IMPIDAS A LOS NIÑOS
Marcos 10.13-16



• Recién Jesús habló de la seriedad del matrimonio y divorcio. Ahora fija su atención en unos pequeños que son traídos por los padres. Era costumbre judía traer niños al rabino para que pueda bendecirlos y orar por ellos.

• Pero los discípulos reniegan a los padres, pensando quizás que el tiempo del Maestro era demasiado valioso como para malgastarlo en niños. Jesús los reprende por su actitud.

• Es muy apropiado que relacione matrimonio con niños… “los dos serán una sola carne”. Salmo 127.3 dice que los niños son herencia del Señor, y su recompensa es el fruto del vientre. En las iglesias, niños son una bendición.

• Hoy, con una inmoralidad creciente (se cree que a los 11 años, la mayoría de los varones ya han entrado en páginas pornográficas en Internet), contaminación ambiental, familias rotas, más y más matrimonios tienen miedo de tener hijos, o deciden directamente no tenerlos.

• Solo hay una cosa que puede cambiar el panorama: el poder del evangelio y del amor de Cristo. En este pasaje hay tres lecciones:

UNA LECCIÓN SOBRE EL SERVICIO

1. Servimos a Nuestros Hijos al Evangelizarlos

• El pasaje no enseña que Jesús los salvó. Solo oró por ellos y pronunció una bendición. Pero esta escena muestra que los padres tenían una preocupación espiritual por sus niños al traerlos a Jesús.

• Desde el principio, la Biblia desafía a hacer que Dios sea parte de las vidas de los niños. Deut. 6.1-8; ver Ef. 6.4.

• ¿Cuántos de ustedes se entregaron a Cristo antes de los 15 años?

En una iglesia, el pastor descubrió que de 253 asistentes creyentes:

o 138 se convirtieron antes de los 20 años

o 85 se convirtieron entre los 20 y 30 añor

o 22 se convirtieron entre 30 y 40 años

o 3 se convirtieron entre 50 y 60 años

o 1 se convirtió entre 60 y 70

o Nadie después de los 70


2. Servimos a Nuestros Hijos al Educarlos

• Estos padres, al traer a sus hijos a Jesús, estaban contándoles que veían algo muy especial en Él. Y es nuestra responsabilidad modelar a Cristo para que vean que vale la pena conocer y creer en Jesús.

• Según Ef. 6.4 hemos de “criarlos en la disciplina y amonestación del Señor”. O sea, educarlos en las cosas del Señor.


3. Servimos a Nuestros Hijos al Exhortarlos

• “amonestación” de Ef. 6.4 significa alentarlos, entusiasmarlos, animarlos. Alentarlos a buscar las cosas de Dios. Orar con ellos desde una temprana edad. Leer la Biblia con ellos. Involucrarlos en ir a la iglesia. Más que nada: amar al Señor y transmitir ese amor a ellos. (Moody y 2 ½ conversiones).


B. UNA LECCIÓN SOBRE LA SALVACIÓN

1. Lo que Implica

• El hecho de que el Señor les da la bienvenida, implica que los niños necesitan un Salvador. La Biblia enseña que también son pecadores. Sal. 58.3; 51.5; Ef. 2.3.

• Todo padre creyente debe hacer todo lo posible para que sus hijos tengan un encuentro personal con Cristo. No podemos salvarlos, pero sí exponerlos al Evangelio. Es mucho más probable que se entregan a Jesús cuando chicos aún. Ej. Timoteo: 2 Tim.3.15.


2. Lo que Involucra

• Cuando se habla de que un niño reciba a Cristo, suele surgir la idea de la edad de responsabilidad. En algunas iglesias, ponen la edad a los 12 años. Pero la Biblia no pone edades. Es cuando llegan al punto de saber escoger entre lo malo y bueno. Quizás mejor sería preguntar cuándo es la edad de decisión. Puede ser 4, 6, 9, etc. Otros, con discapacidades mentales, quizás nunca lleguen a poder decidir.

• Ningún padre debe presumir que su hijo es muy pequeño para decidir. Si el hijo viene pidiendo ser salvo, sería bueno ver cuánto entiende. Hacerle preguntas como ¿qué es el pecado?, ¿cómo se salva uno? ¿Por qué quieres ser salvo?


3. Lo que Ilustra

• Lo que Jesús dijo es que cualquiera que desea ser salvo, debe ser como un niño. Debe venir a Jesucristo con confianza, humildad, dependencia. El niño no se preocupa qué va a comer mañana, de dónde vendrá dinero, etc. No cuestionan, sino que aceptan las cosas profundas por fe.

• El que viene a Cristo debe poner a un lado su orgullo y logros, y reconocer ante Dios que es un pecador, que sus obras y religiosidad nunca lo salvará (ej. El joven rico en el pasaje siguiente).


C. UNA LECCIÓN SOBRE EL SALVADOR

1. Vemos el Corazón del Salvador

• Los discípulos pensaron que Jesús estaba demasiado ocupado para un montón de chicos. La expresión “le traían niños” nos da la idea de una cola de chicos traídos a Jesús para que Él orara por ellos y les impartiera una bendición.

• Pero Jesús “se indignó”, se enojó al ver que impedían a los niños acercarse a Jesús. Los discípulos estaban “demasiado ocupados” - ¡Ellos estaban construyendo un reino!” Pero los niños tienen un lugar muy especial en el corazón del Señor. Marcos 9.42 – Jesús pronuncia palabras duras para los que abusan de los niños! Jesús defiende los indefensos…

• En los tiempos de Jesús, muchas veces los niños eran tratados mal y vistos como propiedad. Hilarión escribió a su esposa encinta en el año 1 a.C.: “si es un varón, deja que viva, si es hembra, tirala”.

• En Roma, los padres tenían poder absoluto sobre los hijos, llamado “Patria Potestas”. Un padre podía condenar a su hijo a la muerte solo por demandarlo. Solo en el año 375 se prohibió esta práctica.

• Jesús eleva a los niños a un lugar de importancia. Vemos su amor a pesar que un niño no puede servirle como un adulto, no pueden dar mucho dinero. Pero en su gracia, les extiende sus brazos.


2. Vemos el Cariño del Salvador

• El pasaje dice que “tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”. Tomó tiempo para bendecir a cada niño que vino… no importando cuán chiquitos o insignificantes parecían. Un cuadro del amor de Dios para nosotros…

Nunca pienses que a Jesús no le importas. Te ama, y nunca te dará las espaldas si vienes a Él. No importa donde los caminos de la vida te han llevado, no importa lo que hayas hecho, o cuán insignificante te sientas. Jesús te quiere salvar y cambiar tu vida si vienes a Él.


Los padres vieron la necesidad de traer a sus hijos a Jesús. Hoy debemos también traerlos a Él. ¿Cómo? 1) Enseñar en casa las verdades de Dios. Es lo más importante. 2) Traerlos a la iglesia. 3) Vivir la vida cristiana ante ellos. El amor que los hijos tengan al Señor depende mayormente de los padres, no de la iglesia.

Jesús puso a niños como modelo y quiere que como niños, vengamos con una fe simple a Él con todas nuestras preocupaciones, temores, pecados, para que Él nos perdone y nos haga nuevas personas. Su gracia es suficiente tanto ahora como lo fue hace 2000 años.