jueves, 14 de marzo de 2013

MUERTOS... PERO VIVOS.


CCP – Marzo 10, 2013


Vivos, pero muertos
Efesios 2.1-3


·         En otros tiempos, ¿el mundo era mejor, o peor, o más o menos igual que ahora?  ¿Hay más problemas o menos ahora?  ¿Estamos mejores que años atrás?
·         Los medios de comunicación nos hacen ver más rápidamente todo el mal que hay en el mundo o en la Ciudad de Buenos Aires.
·         Crecimiento de población, agotamiento de recursos naturales, problemas de economía mundial y local, ausencia de normas morales (violencia, promiscuidad sexual, desintegración de familias, deshonestidad, etc.) – el hombre es incapaz de crear una sociedad justa, libre, humana y tranquila.  ¿Por qué?
·         El problema radica en cada corazón humano.  Por eso necesitamos  ver el cap. 2 de Efesios, donde Pablo primero desciende a describir lo peor del ser humano, pero luego lo eleva a las mismas alturas de Dios.  De desesperación a optimismo.  De perdición a salvación.
·         Pablo pinta un vívido contraste entre lo que somos por naturaleza, y lo que podemos llegar a ser por gracia.
·         En cap. 1 Pablo hizo un resumen de lo que Dios hizo por nosotros: nos eligió el Padre… su Hijo nos redimió… y su Espíritu Santo nos selló, garantizando así nuestra salvación.


NUESTRA CONDICIÓN, v. 1

·         “Y Él os dio vida a vosotros” es un agregado al texto.  Probable-mente los que escucharon leer la carta pensarían – “Pablo se refiere a los paganos, no a mí”.  Pero esta frase es sacada del v. 5, donde usa el pronombre “nos”.
·         La NVI solo dice
En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobe-diencia. En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.   Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.
·         La NTV dice - Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.
·         delitos” o “transgresiones” o “desobediencia”  describen actos que desvían de la norma establecida por Dios.  Es un paso en falso, ya sea cruzando un límite establecido, o desviarse del camino correcto.
·         Ante Dios somos rebeldes como fracasados, culpables de pecados que cometemos o de cosas que omitimos.
·         “Pecados”, traduce un término que mira la vida del hombre como no dándole en el blanco y no llegar a ser lo que Dios espera.
·         Muertos por causa del pecado  Todos son pecadores, tanto por hábito como por naturaleza.  Esto es un retrato de c / u de nosotros, no de alguna tribu o cultura ajena a la nuestra.
·         Estos tres vv. condensan los primeros 3 caps. de Romanos.
·         “Muertos” (gr. nekros - necrópolis) no es algo metafórico como el hijo pródigo, sino una descripción real de la condición espiritual de los que están sin Cristo.  “alejados de la vida que proviene de Dios” (4.18).  Resultado: alejados de Dios.  Muertos.
·         Pero estamos rodeados de personas que demuestran una vitalidad, un vigor, una personalidad, una mente brillante, etc.    ¿Están muertos?  Sí, sin Cristo están muertos.  Están ciegos a la gloria de Jesucristo y lo que Él hizo.  No responden a Dios porque están muertos.  Son como cadáveres.  Una muerte viviente, no importa la religiosidad o creencia que uno tenga.  Sin Cristo es una tragedia terrible.  Fuimos creados para Dios, pero viviendo sin Dios.  Ro. 3.23, 6.23.
·         El muerto no necesito una reforma, un remedio.  Sino ¡VIDA!.


NUESTRA CONDUCCIÓN, v. 2-3a

·         Cuando salimos a “andar”, pensamos en paseos lindos, ver vitrinas, montañas, etc., disfrutando de lo que nos rodea.  Pero aquí es muy distinto andar en transgresiones y pecados.  No había libertad. Éramos esclavos de fuerzas que no podíamos controlar. 
·         ¿Cuáles fuerzas?  ¿Qué hay detrás del pecado?  Está “el mundo, la carne, y el diablo”.  Estas son las fuerzas que controlaban nuestra existencia precristiana.
·         Primero, nos describe como andando “conforme a los poderes de este mundo, o mejor, “de acuerdo a la época o la moda de este mundo”.  Un sistema de valores alienado de Dios. Invade y domina la sociedad no cristiana, y la mantiene en cautiverio.
·         ¿No estará invadiendo las iglesias también?  Nuestras opiniones y puntos de vista suelen basarse sobre la cultura que sale de la televisión, revistas, Internet; y no de la Biblia.  No debe ser!
·         Sociedades seculares, materialistas, o aun religiosas, mantienen a sus sujetos bajo esclavitud.  Todos éramos iguales hasta que Jesús nos liberó
·         En segundo lugar, éramos cautivos en relación al diablo, el que gobierna las tinieblas. El “príncipe de la potestad del aire”.  Él tiene la autoridad sobre esos “poderes y autoridades” mencionados en 1.21, que operan en el mundo invisible.
·         En muchas iglesias ya está fuera de moda creer en un diablo personal o en demonios inteligentes bajo su mando, a pesar que crece el satanismo.  Pero modas no dirigen la teología, especialmente si la enseñanza de Jesús es clara.
·         Este v. 2 también lo describe como según el espíritu que ahora ejerce su poder (opera – gr. energía)  en los que viven en la desobediencia”.  Satanás es un espíritu que opera activamente en el mundo no cristiano.  Es también un “león”, “asesino”, etc., y podemos identificar todo mal generando de él.
·         La tercera influencia que nos mantiene esclavos es la de nuestros deseos pecaminosos (3ª), o “los deseos de nuestra carne.”  El mundo, el diablo, y la carne.  No lo que es nuestro cuerpo, sino nuestra naturaleza humana egocéntrica y caída.  Esos deseos se definen como “la voluntad de la carne y de los pensamientos”. 
·         Pero tenemos que diferenciar entre “deseos” y “pecados” de la carne.  Hay deseos naturales que son buenos y necesarios: la  alimentación, el dormir, y aun el sexo.  Dios nos hizo así.  Pero aun estos pueden convertirse en pecado: glotonería, pereza, y lujuria.
·         Estos deseos incluyen tanto malos deseos de la mente como del cuerpo:  orgullo, ambición inapropiada, rechazo de la verdad, malicia y venganza.  Es cuando el YO toma el lugar en oposición a DIOS.  El egocentrismo es una esclavitud horrible.
·         Antes de Cristo, entonces estábamos sujetos a influencias esclavi-zantes tanto de adentro como de afuera.  Afuera estaba el mundo, adentro la carne, y operando activamente entre ambos, el diablo.
·         Pero no por eso no nos hace responsables por nuestros pecados, aunque estuviéramos esclavizados a ellos.  Se nos llama “hijos de desobediencia” o “los que viven en la desobediencia”.

NUESTRA CONDENACIÓN, v.3b

·         Pablo tiene una cosa más para decirnos, y aun más desagradable. No solo estábamos muertos y esclavizados, sino que también condenados: “como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios” (NVI) o el “objeto del enojo de Dios “ (NTV).
·         La ira de Dios no es como la del hombre… Dios no “se sale de las casillas” o se enoja con despecho, mailicia, ni venganza. Nunca es arbitraria, ya que es la reacción divina a una sola cosa: el pecado. 
·         Es el justo enojo de Dios, su negación absoluta de hacer concesiones, ya que va contra la santidad de Dios.  Recordemos que el atributo principal de Dios es su santidad, no su amor.
·         Somos “objetos de la ira de Dios” o literalmente “hijos de ira”.  La palabra se refiere a niños, pero el hecho es que como pecadores, nos comportamos muchas veces como niños.
·         Y éramos “por naturaleza” eso, y merecemos la ira y juicio de Dios.  Esa naturaleza la recibimos por herencia de Adán (Rom. 5.12-14).

Concl.  Muerte, esclavitud y condenación – tres conceptos que Pablo presenta tratando de hacer un retrato de nuestra condición humana. ¿Demasiado pesimista?
·         Es cierto, Pablo no menciona que somos hechos “a la imagen de Dios”, que aun retenemos aunque dañada.
·         La doctrina bíblica de “depravación total” no significa que todos los seres humanos son igualmente depravados, o incapaces de hacer algún bien, sino que no hay parte de nuestro ser (emociones, mente, conciencia, voluntad, etc.) que permaneció intacta del pecado. 
·         Sí, hay dignidad en el hombre por ser hecho a la imagen de Dios, pero sin Cristo, el hombre está muerto debido a sus delitos y pecados, esclavizado al mundo, la carne, y el diablo.
·         Muchos creen que el mal se puede sanar con educación, más leyes, más justicia.  Pero nada puede rescatar al ser humano de la muerte espiritual o la condenación de Dios…
V. 4 – “PERO DIOS:::”  Solo el mensaje del evangelio puede ofrecer vida a los muertos, libertad a los cautivos, y perdón a los condenados.