miércoles, 22 de agosto de 2012

El Señor Mira tus Ofrendas

CCP—19-8-12
La Gran Pequeña Ofrenda
Marcos 12.35-44

·         Pastor: “Algunos pastores guían a sus ovejas.  Otros alimentan a sus ovejas.  Yo ahora voy a esquilar mis ovejas”.
·         Otro pastor: “Hermanos; he preparado un sermón que vale $1000, otro que vale $500: y otro que vale $100.  Ahora tomaremos la ofrenda y veremos cual voy a predicar”.
·         Pareciera que Marcos incluye este relato en contraste con la avaricia de los escribas y fariseos.  Esta es la última vez que Jesús entra en el templo, dejándolo luego para no volver más.
·         Hoy queremos ver algo de lo que la Biblia enseña sobre el dinero y cómo el creyente debe administrarlo.  Guste o no, la Biblia tiene mucho que decir sobre el tema. Consideremos lo siguiente:
1.       El dinero es esencial – dependemos de ello para proveer casa, comida, ropa, y lo necesario para la vida.  Sin dinero, estás en problemas.
2.       El dinero está sobrevaluado – El mensaje del mundo es cómo poder ganar más dinero, y podemos llegar al punto de depender más del dinero que de Dios.  “Jehová es mi pastor” o “mi Dios suplirá todo..:” ya no tienen significado.
3.       El dinero puede ser usado para el mal – para la droga, pornografía, prostitución, guerras, etc. “El amor al dinero…” 1 Tim. 6.10.
4.       El dinero puede causar esclavitud – cuando entramos en la esclavitud de las deudas.  Prov. 22.7.
5.       El dinero puede ser usado para traer gloria a Dios – 1 Cor. 10.31.  Cuando se usa para su gloria, nos da la oportunidad de ver cómo Él nos provee.


EL SEÑOR DE LAS OFRENDAS, 35-40

·         Los enemigos de Jesús buscaban cómo desacreditarlo. Pero se dan cuenta que no pueden contra Él.  Ahora Él se da vuelta para cuestionarlos después de contestarles sus preguntas.
·         Es esencial lo que creemos acerca de Jesús.  Casi todos creen en la persona humana de Jesús: su nacimiento, sus milagros, su muerte y resurrección.  Pero que es Dios en carne humana!  Que es el único que nos puede proveer la salvación.
·         Cita al Salmo 110.1 donde David se dirige al Mesías como a su Señor.  En ninguna sociedad un padre llama a su hijo “Señor”.
·         Pero también comprobó ante los judíos muchas veces que era el Mesías, cumpliendo profecías del A.T.  Además demostró muchas características que solo pertenecen a Dios, recibió adoración, perdonó pecados, es el Creador, etc., etc.
·         Hoy tenemos más evidencias que en ese tiempo que Jesús es Dios hecho hombre, y muchos rechazan a pesar de todo.



EL LUGAR DE LAS OFRENDAS, 41

·         La caja de ofrendas se encontraba en el patio de las mujeres.  Jesús se colocó en un lugar que solo Él podía ocupar – el de observar “como” echaban dinero en la caja (¿nos mirará a nosotros?).
·         Eran 13 receptáculos de bronce con bocas en forma de trompetas.  9 eran designados para el templo, y 4 para los pobres.
·         Jesús observaba cómo muchos ricos daban “muchas monedas” – los que no representaban ningún sacrificio.  Al dejar caer las monedas, como eran de bronces, haría un ruido fuerte.   Mientras más monedas, más fuerte el sonido.  Era un show (ver Mt.6.2)
·         Luego observa una pobre viuda que deposita sus dos moneditas… bajar quizás sin poder escucharse el ruidito.  Pero para el Señor, sonaron aun más fuerte que las demás ofrendas.
·         ¿Cuántos creemos que Él nos observaba al depositar la ofrenda? ¿Qué diría de lo tuyo o lo mío? Algunas conclusiones:

1.       Dios tiene interés en nuestra ofrenda. 
2.       Dios tiene derecho sobre nuestros recursos.  Muchos se olvidan de que todo lo que tenemos pertenece al Señor y para usar para su honra y gloria.


LA MEDIDA DE LAS OFRENDAS, 42-44

·         Para muchos, ella pasó desapercibida.  Pero no para el Señor. Vamos a mostrar algunos principios bíblicos sobre la ofrenda.

1.       Hay una proporción que dar.  1 Cor. 16.2.  El ideal que Dios propuso era el diezmo, o el 10% de lo que uno recibe.
2.       Hay un lugar donde dar.  El templo.  En Mal. 3.10 era el “granero” o la casa de Dios.
3.       Hay que dar regularmente.  1 Cor. 16.2 – “cada primer día de la semana”.  Hemos de dar de los primeros frutos, no lo que sobra, ni dar para no sentirnos culpables.


LA MOTIVACIÓN DE LAS OFRENDAS

·         Las moneditas de la viuda no tenían mucho valor.  Era un denario dividido por 64.  Si hoy uno gana 100 por día, sería $1,50.  Pero ella dio todo lo que tenía.   Pero era la motivación detrás de esta ofrenda lo que tenía valor.  ¿Cuál debe ser nuestra motivación?

1.       Debemos dar con agradecimiento.  Después de todo lo que el Señor ha hecho por nosotros… Un corazón agradecido es un corazón dadivoso.
2.       Debemos dar con gozo.  Dios ama al “dador alegre”, 2 Cor.9.7
3.       Debemos dar con liberalidad.  No debemos ser mezquinos cuando damos para la obra del Señor.  Él no puede bendecir al que es apretado.  Nunca tendremos tan poco que no podemos dar en proporción a lo que hemos recibido.
4.       Debemos dar con sacrificio.  Jesús destacó no la cantidad de lo que dio la viuda, sino porque dio todo, aunque ella lo necesitaba más.  Si espero dar ofrenda solo cuando tenga más dinero, nunca llegaré a tener suficiente, y si tengo, voy a creer que va a ser demasiado.  Lo mejor es reconocer que todo es del Señor.
5.       Debemos dar por amor.  Siendo viuda y pobre, daba su ofrenda con todo su amor… y quizás ella sabía que ese dinero iría para los pobres.

·         Podríamos decir que ella era irresponsable en su dar. No estaba proveyendo para su futuro.  Pero ella demostró plena confianza y dependencia en que Dios proveería para ella.
·         Dios ve todo lo que le damos:  sea dinero, tiempo, energía.  Ve lo que reservamos para nosotros.  Ve la motivación que nos impulsa a dar.
·         Jesús usó esta viuda como ejemplo para nosotros y el valor de una entrega total.  Dios no quiere tanto lo que tenemos, sino quiere nuestra entrega total.
·         Jesús mismo demostró esta entrega cuando tomó tu lugar y mi lugar allí en la cruz.  Pablo aprendió este principio, 1 Tes. 2.8.  Ana en el A.T. lo demostró al dar a Samuel al Señor.  Abraham con Isaac al estar dispuesto a sacrificarlo.
·         Romanos 12.1