CCP – 20-5-12
El Costo de Terminar Primero
Marcos 10.35-45
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Leí de un agricultor en China
que sintió que la tierra se movió. De su
granja sobre un cerro vio que el agua del mar se apartó de la costa. Sabía que
vendría un tsunami.
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En el valle abajo vio sus
vecinos trabajando unos campos que pronto se inundarían. O corrían rápido al
cerro o morirían. ¿Qué hacer? Con una antorcha prendió fuego a sus graneros
llenos de arroz y pronto el fuego se propagó y sonó una alarma.
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Sus vecinos vieron el fuego y
humo y corrieron para ayudarle. Desde el
cerro vieron como el mar cubrió los campos que recién dejaron. En ese momento
se dieron cuenta quién los salvó, pero también el costo. Después hicieron un monumento con la leyenda “Nos dio todo lo que tenía, y lo dio con
gozo”. El pobre agricultor terminó
como héroe ante la comunidad, pero le costó todo lo que tenía.
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No hay mucha gente así
hoy. La mayoría quieren llegar al éxito
sin pensar en la gente que pisan en el camino.
El texto de hoy nos enseña que no todos los que llegan “primero” son
victoriosos. A veces los que
terminan últimos son los verdaderos
ganadores en la vida.
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Los discípulos… ¿eran hombres
humildes? Parece que buscaban a menudo
auto promocionarse, y Jesús tenía que combatir ese egocentrismo. Aquí vemos esa
ambición ese egoísmo al máximo. Juan y
Jacobo o Santiago pedir los mejores asientos en el Reino.
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Jesús toma esta ocasión para
enseñarnos sobre el liderazgo, servicio a otros, y el perdón.
A. UNA PETICIÓN EGOÍSTA. 35-40
1. El
Ruego (35-37)
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El asiento a la derecha era
reservado para el 2º en importancia, y el de la izquierda para el 3º. Se creían los líderes de los apóstoles y
querían tener puestos permanentes.
Buscaban preeminencia, proximidad, y poder. ¿Por qué hicieron tal
pedido?
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Simplemente estaban reclamando
las promesas de Mat. 19.28. Jesús
prometió tronos, poder, y posición en el reino.
Quizás por eso Jesús no los reprendió por su pedido.
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Pero el problema es el momento
en que hacen esta petición—Jesús recién había hablado de su traición,
sufrimiento, rechazo, y muerte. Y ellos
solo pensaban en ser primeros entre todos.
Un ruego muy frío, egoísta, y sin pensar en lo que había dicho
Jesús. No entendían que Él iba a su
muerte.
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Solo pensaban en la corona, no
la cruz. Hoy muchos creyentes son así.
No les importa lo que Jesús sufrió por darnos la salvación. Solo quieren destacarse con poder, posición,
y prestigio. Estamos, como los
discípulos, llenos de orgullo. … Pero…¿Qué importa si termino último, mientras
Dios recibe la gloria? Prov. 16.18
2. La
Respuesta (38-39a)
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Querían todo regalado, y ahora!
…Jesús les dice que no tienen idea de lo que piden. ¿Pueden sufrir el vaso o la experiencia de
vida que Él está por sufrir? ¿Podrán ser “bautizados” o sumergidos en esa
experiencia? Está diciendo “Estoy por sumergirme en una experiencia que
ustedes no pueden ni imaginar. ¿Están dispuestos a atravesarlo conmigo?”
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Dicen que sí, pero no tienen
idea de lo que va a pasar. Jesús estaba
en camino al Calvario donde cargaría con los pecados de todos en una cruz
romana. Estaba por sufrir la ira plena
del Dios Todopoderoso contra el pecado.
Isaías 53.1-6; 2 Cor. 5.21; 1
Pedro 2.24.
3. La Revelación (39b-40)
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Jesús les revela que ellos
experimentarán hasta cierto punto su dolor. Morirán por su fe como mártires, -salvo
Juan que fue exiliado a Patmos, pero perseguido por su fe. Pero nunca podrían
aguantar lo que Él iba a sufrir.
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Las posiciones en el reino no
son dadas de acuerdo a una ambición egoísta, sino de acuerdo a la voluntad
soberana de Dios. Las bendiciones aquí
en igual manera son determinadas por su voluntad.
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Hay predicadores que buscan ser
importantes. Si solo pudieran predicar
en esta iglesia o aquella catedral o con aquel pastor conocido mundialmente.
Pero Dios sabe donde están sus siervos y Él los promueve como Él quiere, cuando
y dónde Él quiere. Dios solo pide que
seamos fieles donde estamos.
B. UNA PROPUESTA ESENCIAL, 41-44
- Enojo (41)
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Cuando los demás discípulos
escucharon lo que pedían Juan y Jacobo, se enojaron…quizás por celos, o porque
Jacobo y Juan se adelantaron. Ellos
también se olvidaron de las tormentas que esperaban a Jesús, y actuaron con
ira. Dios no puede obrar en un ambiente
así.
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El rencor o la ira detiene la
obra de Dios en su iglesia. Dios quiere
que caminemos en perdón absoluto.
Efesios 4.32. ¿Hay alguien en
este salón que no estás dispuesto a perdonar?
Estás frenando la obra de Dios aquí.
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Si nuestras relaciones como
hermanos se rompen por malentendidos o acciones no de lo mejor, entonces esas
relaciones no están basadas en amor.
Debemos amarnos incondicionalmente, y así si surge algo, nos podemos
perdonar y seguirnos amando.
2. Examen
(42)
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Jesús no permite que ese enojo
continúe. Pide que se fijen en el mundo
gentil que los rodea. Que los que
obtienen poder son los que se aprovechan de otros y los oprimen.
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Son pocas las iglesias que no
tienen un Diótrefes en su medio, 3 Juan 3-9. Quieren manejar la iglesia y tener
la autoridad. Jesús quiso que sus
discípulos, y nosotros también, entendieran que Dios tiene metas más altas para
los suyos.
3. Expectación
(43-44)
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Aquí Jesús simplemente repite
lo que dijo en cap. 9.33-37. No captaron
el mensaje al principio, y quizás nosotros tampoco lo hemos asimilado.
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Jesús dice que el camino para
llegar arriba está abajo. Si queremos
llegar a ser primeros, tenemos que aprender a servir.
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Jesús usa dos palabras
importantes. “Servidor” en v. 43, es la
palabra “diácono” en griego. Es una
persona que sirve a otros. La otra
palabra es “siervo” en el 44. La palabra
es “doulos” y significa “esclavo”.
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O sea, si queremos ser
reconocidos y respetados, debemos dejar a un lado la ambición y el
egoísmo. Vivir sirviendo a otros. Dispuestos a no recibir gloria, hacer los
trabajos menos agradables, sin pensar en reconoci-miento ni
agradecimiento. Empezar como esclavo.
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Cuando Jesús enseñó este
principio antes, usó un niño como ejemplo… el peldaño más bajo en importancia,
ignorado por muchos, no puede hacer mucho para adultos, no puede agregar a tu
éxito. Pero sí puede enseñarte sobre el
servir. Cuando bebé, demanda tu todo, y
llegas a ser esclavo/a del pequeño.
Necesitan ser servidos, y no pueden servir. Buena lección.
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Necesitamos gente dispuesta a
servir, sin importarle un comino si alguien le agradece o reconoce. Y también dar un paso al costado para que otros
sirvan en el tiempo correcto.
C. UN PATRÓN ESPIRITUAL, 45
1. Su Preeminencia – Era el Hijo de Dios,
Dios hecho hombre. Si alguien que pisó
la tierra merecía ser servido era Jesús.
Podría llamar legiones de ángeles para servirle, nacido como rey en un
palacio, tener esclavos, etc. Pero vino
a servir. Se embarró para sacarnos del
lodo para cambiar su con1. Su Pasión – Su pasión
de servir era tal que voluntariamente tomó forma de siervo o esclavo. El mejor ejemplo fue la noche antes de ir a
la cruz (Juan 13), cuando tomó una toalla y lavó los pies de sus discípulos
como un pobre esclavo. Lavó los pies de Pedro
quien lo negaría tres veces antes del amanecer.
Hasta los pies de Judas quien lo entregaría a sus enemigos esa misma
noche.
2. Su Precio – El costo del servir a Jesús
es muy alto. Le costó a Él su vida.
Jesús fue a su muerte para salvar a los que no le daban ninguna
importancia. Experimentó la humillación,
agonía, y la ira de Dios para servirnos.
Tomó el lugar de un criminal común para salvar pecadores. Murió para que otros tengan vida.
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¿Por qué lo hizo? Porque me ama, te ama. Rom. 5.8. Porque odia
el pecado, Heb. 9.26. Para satisfacer la
demanda de Dios por justicia, 2 Cor. 5.21.
Para agradar al Padre, Isa. 53.10. Para darnos libertad, 1 Pedro 1.18-19
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¿Su recompensa por esta clase
de servicio? Entre los hombres, nada. La
mayoría de la humanidad odia o desconoce a Jesús.
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Su recompensa está en hombres y
mujeres que lo pusieron su fe en Él y lo recibieron como Salvador y sus vidas
fueron cambiadas. Y su más grande
recompensa viene del Padre, quien lo promocionó hasta la cúspide de gloria y
adoración, Fil. 2.5-11
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¿Cómo llegó Jesús a ser tan
exaltado? No porque era Dios, sino
porque tomó la forma de esclavo. El
mismo principio es para nosotros, Lucas 18.14, 1 Pedro 5.6
Concl. Es una paradoja que para el
creyente, para subir hay que bajar. ¿Por
cuál camino caminas? ¿Estás buscando maneras de servir a otros? Hay maneras de
servir en la iglesia, pero no esperes a que te digan. Ni menos tengas celos o enojo al ver a otros
contentos en servir.
dición.